¿Existe la obligación de cambiar el casco que usamos habitualmente con nuestra moto porque la visera esté deteriorada y no se consiguen las piezas de recambio? Claro que no. Con un poco de paciencia, la lectura atenta de estas instrucciones y algunos materiales es posible recuperar una visera, por más dañada que esté, al menos por una temporada más.
Primero, limpiar la visera de los rastros de polvo y grasa que pudiera tener. Lijar de manera suave pero firme, y en forma circular, con la lija 300 que se deberá mojar permanentemente. Lijar toda la superficie externa (no la interna) para asegurarnos de que adquiera la misma textura a la par.
Después, y mojándola continuamente, hacemos el mismo trabajo de lijado en círculos con la lija fina (1.000 ó 1.200) hasta que no queden rastros de la lijada anterior.
Luego, echamos una pequeña cantidad del pulimento para metales o vitrocerámica y distribuimos sobre la visera, ayudándonos con un trapo limpio. Este paso se habrá repetir varias veces, pasando el trapo de manera sostenida hasta que la visera quede opaca y sin rastros de arañazos o mosquitos.
Finalmente, colocamos una pequeña cantidad del pulimento para plásticos. Una vez que está seco, frotamos con otro trapo limpio, tanto como sea necesario, para alcanzar un resultado óptimo. Enjuagamos y trabajo terminado.
Tened en cuenta que con este trabajo la visera se ensuciará con mayor facilidad, además de quitar cualquier efecto de cromado o espejo que pudiese traer de fábrica sobre la cara exterior.
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